El diseño centrado en el usuario. Una manera que me ayuda a entender Moodle (II)

En la anterior entrada me quedé comentando que una de las razones por las que muchas veces Moodle parece un monstruo difícil de dominar es su nula o escasa adaptación al contexto en el que se va a utilizar.  Los manuales, el único elemento que los usuarios encuentran a mano para reducir a la bestia, no ayudan demasiado porque suelen ser réplicas unos de otros y porque se limitan a relacionar todas las funcionalidades de la plataforma sin importar que éstas sirvan para algo en el contexto en el que se va a trabajar. En un intento por poner todo esto en un formato más atractivo, hay inicativas originales como la de la consultora Sinergy Learning, que vino publicando hasta la versión 2.3  un mapa de administración que representaba todos los menús de Moodle como si fueran paradas y líneas de metro. Dejando de lado que un plano de metro no es que sea lo más intuitivo ni rápido de entender del mundo, se trataba de una idea novedosa y de una buena presentación gráfica, pero volvía a pecar de generalidad y caía de nuevo en presentar Moodle como una única herramienta y no como una base desde la que diseñar herramientas adaptadas a las necesidades formativas de cada institución.

Eh, tú, el listo: Si no nos sirven los manuales ni tampoco las infografías, ¿Cuál es tu propuesta para dominar a Moodle y sacarle todo el partido que dices que nos puede dar?

Bueno, pues mi propuesta no es otra que pensar en Moodle como un producto que hay que desarrollar hasta solucionar una serie de necesidades concretas y específicas que son las de nuestro estudiante. Propongo ponernos en su lugar y, de todas las alternativas y caminos que tenemos para ofrecerle, pensar bien cuales ayudan a alcanzar sus objetivos y cuales no. De las que nos hemos quedado, desarrollar y modificar hasta que nos quedemos satisfechos, pero siempre pensando en qué va a tener el alumno delante cuando entre a la plataforma. Es verdad que esto es un trabajo duro y que vamos a tener que pelear desde el barro que son todos los menús, archivos y carpetas del back-end, pero no es razón para dejar de facilitarle la vida al estudiante lo máximo posible.

Trabajando sobre las pantallas o  interfaces que le conectan con el sistema, logramos que el alumno alcance la mejor experiencia de uso (UX) posible con el mínimo esfuerzo de su parte, algo a lo que siempre contribuiremos si conseguimos una plataforma que se explique por sí sola y nos permita quitar manuales, infografías y cualquier tipo de material auxiliar.Esta idea está tomada del diseño centrado en el usuario, una filosofía/metodología de que propone cuatro etapas para alcanzar productos cuyas funcionalidades coincidan exactamente con las tareas que van a desarrollar los usuarios. Estas cuatro etapas, sacadas de la norma ISO que lo regula, son las siguientes:

  • Entender y especificar el contexto de uso: Identificar a las personas a las que se dirige el producto, para qué lo usarán y en qué condiciones.
  • Especificar requisitos: Identificar los objetivos del usuario y del proveedor del producto que deberán satisfacerse.
  • Producir soluciones de diseño: Esta fase se puede subdividir en diferentes etapas secuenciales, desde las primeras soluciones conceptuales hasta la solución final de diseño.
  • Evaluación: Es la fase más importante del proceso, en la que se validan las soluciones de diseño (el sistema satisface los requisitos) o por el contrario se detectan problemas de usabilidad, normalmente a través de test con usuarios.

Para explicar cómo se aplica esto a una instalación de Moodle, en la próxima entrada voy a contar un caso real que tuvimos que desarrollar para unos cursos de monitorización energética. Lo ilustraré con los prototipos de diseño que hicimos y con alguna maqueta del resultado final.

Una manera de pensar que me ayuda a entender Moodle (I)

Otro artículo sobre Moodle y cómo hacer que la convivencia con esta plataforma sea más agradable.

Los inicios con Moodle  son horribles

El último al que le dijeron: “Sí hombre, tú instálate un Moodle, que es gratis y ya tienes una academia on-line”

Moodle, como LMS o CMS, es un conjunto de  carpetas gratuitamente descargable y que es susceptible de servir tanto a una Universidad (y a todos los profesores y tipos de estudios que allí se reúnen) como a una pequeña academia de repaso. El código abierto permite que se desarrolle prácticamente cualquier funcionalidad que resuelva las necesidades educativas de profesores y alumnos y, si es una plataforma capaz de cumplir en esos dos extremos, no veo por qué no puede hacerlo en cualquier punto de la gama intermedia.

Personalmente pienso que el fallo está en saltarse el paso de configurar/personalizar y entender Moodle como un único producto en lugar de una herramienta para desarrollar muchos tipos de productos. De puertas para adentro Moodle sigue siendo un monstruo difícil de dominar y a ello contribuye en gran medida un material de apoyo que se suele caracterizar por tener aspiraciones demasiados genéricas. Abundan los Manual de Moodle 2.X cuando yo creo que deberían ser más comunes títulos como Manual de la plataforma de la Universidad X, Manual del cole Y…o lo que sea.

Incluso en los casos en los que se opta por ofrecer un manual personalizado, la personalización se queda en el título y pocos textos escapan al corta/pega. La mayoría acaban siendo copias de otros en los que se realiza una descripción global de todas las funcionalidades que permite Moodle, incluyendo también las que no se van a usar. Como resultado tenemos tochos infumables en los que la idea de hacerse con el control de la plataforma se aleja con cada página que pasamos.

Mi propuesta de hoy no va por hacer buenos y personalizados manuales. Es más, leí por ahí que el manual de un producto es sólo la recopilación de todos sus fallos de diseño y, aunque reconozco que es una sobrada importante, algo de razón llevaba quien lo dijo.  Las plataformas, como cualquier producto, han de ser fáciles de entender y fáciles de usar, de tal manera que apenas haga falta mirar un manual y que, si este no existiera, tampoco se echaría en falta. Mi idea va por definir bien el producto y las necesidades que tiene que resolver.

Reconozco que esta entrada ha tratado más sobre “Cómo debe ser” que sobre “Cómo hacer” y eso no me gusta, pero me estoy quedando sin tiempo. Para el próximo día se queda contar cómo aplicamos todo este rollo a un proyecto de hace un par de meses.

Características y novedades de Moodle 2.7

Hace un par de semanas que se lanzó la versión 2.7 de Moodle, la tan querida como odiada plataforma de aprendizaje virtual. La verdad es que impresiona ver lo rápido que evoluciona la aplicación y cómo poco a poco la comunidad de usuarios va resolviendo los problemas y limitaciones que hace menos de un año parecían definitivas.

evolución versiones moodle

Que el ritmo no pare

Desde mi punto de vista, los 104 desarrolladores involucrados en esta actualización han logrado correr más rápido que sus críticos y han conseguido una serie de mejoras que resuelven al menos tres puntos que tradicionalmente no paraban de señalarse como defectos de la plataforma:

Diseño: Se han retirado todas las plantillas que venían por defecto menos la llamada Clean, que se basa en el marco de trabajo Twitter Booststrap y que consigue un aspecto mucho más moderno, atractivo y apto para dispositivos móviles. Además, añaden el tema More con facilidades importantes para personalizar y customizar la plataforma desde el menú de Administración con colores, logos e imágenes de fondo.

Usabilidad y Experiencia de Usuario: Muy ligado a lo anterior se encuentra el hecho de que Moodle, una vez se hagan los ajustes necesarios, por fin se parece a una aplicación web que cualquiera podría estar utilizando en su día a día. Esto parece una tontería pero la familiaridad que sugiere una web al usuario determina cómo va a ser su experiencia y cómo de fácil le va a parecer su uso. No más miedo a lo desconocido, no más “a ver que hago yo ahora”. Buenos botones grandes y coloridos que, unidos a un buen trabajo de administración, pueden acabar con la falta de intuitividad que hasta ahora tenía Moodle.

ejemplo tema clean

Así es el tema Clean en acción

 

Tareas de profesor/administrador: Creo que este es el reto más gordo y en el que, sin haberlo probado todavía, posiblemente aún se hayan dejado campo sin recorrer. Si a Moodle le falta intuitividad de cara al usuario, de puertas para adentro cualquier tarea que no sea colgar archivos podría darle miedo al mismo Hércules. Esos ocho clicks para poner una nota, esas épicas traducciones que hacen plantearte si de verdad el español es tu lengua materna, esa gynkana para poner un examen… parece que pronto van a ser cosa del pasado y un paso importante se ha dado en la versión 2.7 . Se ha mejorado la elaboración de exámenes, la gestión de tareas (entregas) y el módulo de condicionalidad.

Un poco esto es lo que se desprende de las notas de lanzamiento.  Con los cursos a mitad todavía no es momento de  plantearnos la actualización. Ya conocíamos las mejoras de diseño y usabilidad por las extensiones y las plantillas que se podían añadir a la versión 2.6 pero la verdad es que no conocemos el efecto final de la integración.

Hay ganas porque falta por comprobar si de puertas para adentro Moodle va a molar tanto como parece que lo hará por fuera. Mientras tanto nos dedicaremos a perpetrar experimentos por las instalaciones de prueba. Ya contaré por aquí lo que se pueda.

nuevo login con email

Moodle 2.7 también permitirá registrarse con la dirección de email.

 

Nos vemos, artistas!

 

Ahí va. Vuelvo por aquí.

He decidido seguir escribiendo en este blog. Llevaba ya tiempo pensándolo y hoy que he sacado algo de tiempo me he puesto a retomar la senda que empecé a abrir hace un año como estudiante de máster en eLearning.

El máster ha acabado con buenas notas, un periodo de prácticas espectacular y un contrato que me convierte en profesional de esto, por lo que valoro los resultados de buenos a  muy buenos. Fundamentalmente porque sigo con ganas de seguir probando ideas que pongan la efectividad de la docencia a la altura que merece el mejor oficio del mundo.

Así, me siento en la obligación seguir escribiendo aquí igual que me siento obligado a cambiar el tono de lo que he venido escribiendo hasta ahora. Como se puede comprobar en las entradas anteriores, se trataba de ejercicios de reflexión en los que me dedicaba a teorizar sobre temas como estrategias innovadoras o aprendizaje significativos pero sobre todo me permitía el lujo de escribir cómo tenían que ser las cosas ahí fuera.

No es que me avergüence de ello ni que me parezca inútil, pero considero que ese es un privilegio que pertenece al mundo académico y, mientras seamos obreros de las TIC’s, creo que es más enriquecedor para todos contar cómo nos las apañamos, como hacemos las cosas y que sean los demás los que extraigan ventajas e inconvenientes, los puntos positivos y los defectos.

Digo esto porque me parece que hay ya suficiente reflexión en los blogs en español que tratan la aplicación de la tecnología a la educación . Ya hay gente valorando la aplicación de las impresoras 3D o el IoT a la docencia, lo cual no me parece mal, pero yo no quiero perder de vista que la mayoría de los alumnos españoles todavía no alcanzan un nivel aceptable en resolución de problemas por ordenador ni que todavía hay profesores que piensan que Moodle les va a quitar el trabajo.

En un rato de paseo por los blogs más destacados de la temática he visto más de lo mismo, he visto como su autores certificaban la muerte del eLearning, de los EVA y del Moodle correlativamente -lo cual tampoco me parece del todo mal porque cada uno en su blog hace lo que quiere- y he acabado pensando que este espacio no puede ni debe ser como esos.

En este espacio se hablará del trabajo que llega a la oficina y de cómo lo resolvemos. Con mejor o peor suerte, pero resolviendo. Se hablará de cómo las tecnologías son cada vez mejores y las personas más felices pero sobre todo se aportarán soluciones para que lo que aquí haya servido le pueda servir a otros. Para que la comunidad crezca y seamos cada día algo mejores.
Nos vemos, artistas!

Calidad en el Elearning

Cuando una persona va a tomar una decisión sobre la compra de una acción formativa en eLearning, es de esperar que la calidad esté en su lista de sus prioridades. Puede que no esté en el primero ni en el segundo lugar, pero podemos suponer que no va a comprar nada que no le satisfaga. En el caso de la oferta de un bien o servicio por parte de una empresa parece que es diferente: una vez detectado el mercado simplemente se piensa en ofrecer el bien, estar por ahí y esperar a que sea comprado. Sólo cuando aparecen competidores y la diferenciación parece obligatoria, se piensa en la calidad como un requisito del producto formativo ofertado.

Aunque el primer paso sea reconocer la necesidad de detectar la necesidad de la calidad, el más difícil es definirla. A priori esto no parecería complicado, pues todos tenemos la idea de que algo con calidad es algo que está bien hecho, pero el problema surge cuando nos damos cuenta de que no todo el mundo tiene la misma idea de lo que está bien y lo que no. La calidad, lo bueno, lo mejor, lo satisfactorio…son conceptos subjetivos, cada uno tiene el suyo y la única manera de llegar a un punto de acuerdo es tratar de objetivizarlos a través de métricas o números que busquen resumir la abstracta realidad que hay detrás.

A eso se dedican instituciones más o menos conocidas como AENOR o ISO y más o menos centradas en la educación y el eLearning como EFQM, proyecto Prometeo-Qalitas o MECA-ODL. El resultado de su esfuerzo son normas, estándares, cartas de calidad, etc. que reflejan una manera particular de entender “lo que es bueno”, y como se hacen las cosas. A continuación pongo un cuadro elaborado por Miguel Ángel Ramos, compañero del máster, en el que se puede apreciar muy bien las diferencias entre uno y otro intento:

 

NORMA UNE 66181

Información general mínima, Empleabilidad, Facilidad de asimilación, Accesibilidad

MECA-ODL

Concepción, Análisis, Diseño, Contenidos, Producción, Distribución, Evaluación

Qualitas, Proyecto Prometeo

Junta de Andalucía

Contexto, Diseño, Producción, Puesta en marcha, Implementación, Seguimiento

Adaptación del modelo EFQM Dirección General de Universidades

Liderazgo, Planificación y Estrategia, Personal, Colaboradores y recursos, Procesos, Resultados en usuarios, Resultados en personal, Resultados en entorno, resultados clave

Modelo Sistémico de Vann Slyke et al. (1998)

Características de : la institución, de los destinatarios de la formación, del curso, de la formación a distancia

Modelo de cinco niveles de Marshall and Shriver

Docencia, Materiales del curso, Curriculum, Módulos de los cursos, Transferencia del aprendizaje

Sistema de benchmarking BENVIC

Servicio al estudiante, Recursos de aprendizaje, Apoyo al profesorado, Evaluación, Accesibilidad, Eficiencia financiera, Recursos tecnológicos, Ejecución institucional

 

Como se puede ver, cada una aporta su visión y la falta de unanimidad se demuestra en que no existe una normativa con rango que ley que dictamine qué es valido en eLearning. En el ámbito estatal contamos con el artículo 31 de la ley de Universidades (6/2001) y en el plano Europeo con el Plan de Acción “eLearning, concebir la educación del futuro”.  Ambis -uno por escueto y otro por genérico- resultan insuficientes a la hora de concretar está abstracta y compleja idea de calidad.

Me gustaría decir otra cosa pero el resultado es un embrollo importante de términos, insticuiones y grupos de trabajo que complican sobremanera la aproximación a este cara del eLearning. Entiendo que aquí manda el mercado y que optar por una certificación u otra es determinado por la confluencia de oferentes y demandantes en un momento concreto y por la urgencia o no del intercambio.

Sin embargo, esta semana de lectura y debates me ha servido para asentar una idea que ya tenía antes en mi cabeza. Apostar por la calidad, por gestionar la calidad mejor dicho, es un compromiso individual en el camino de mejorar continuamente, ser grande en todas las circunstancias y no crecer y menguar según vayan pasando las olas. Para ello es importante conocer bien el proceso que da lugar al producto que ofrecemos: estudiarlo para ser consciente de los diferentes subprocesos que lo componen y saber dónde y cómo actuar si se surgen imprevistos o hay que responder a un nuevo cliente. Cuanto mejor definidos están los subprocesos, más nítido es el proceso y más efectiva y eficientemente se puede trabajar en un mundo que, como estamos viendo, es cualquier cosa menos fácil.

Gestión de proyectos eLearning

Hasta ahora hemos hablado sobre Moodle y LMS’s, sobre diseño de contenidos y sobre formas de hacer las cosas en el eLearning. Escoger la plataforma donde alojar el curso, la herramienta más adecuada para elaborar  objetos de aprendizaje y seguir un determinado patrón que se ajuste a nuestras circunstancias son rutinas habituales dentro de la formación en espacios virtuales pero que, como vamos a ver a continuación, pocas veces se dan de manera aislada y pocas veces tienen sentido por sí solas.

Aún no he conocido las peculiaridades del eLearning en un contexto profesional pero después de varios meses estudiando este máster, me puedo imaginar bien por donde van los tiros. Puede que tengamos la plataforma más potente del mercado, el repositorio de objetos más preciso y los contenidos más atractivos pero si estos no obedecen a las necesidades formativas de nuestros clientes o alumnos puede que sólo nos sirvan para presumir.

La resolución de una o varias necesidades formativas son el centro en torno al cual empezar a desarrollar un proyecto, entendiendo como tal el trabajo que termina con la planificación e implementación de una serie de acciones. Esas acciones se registran en un documento que normalmente se basa en una estructura objetivos-metodología-evaluación y ya estamos listos para empezar a enseñar.

Esto se dice muy pronto pero conseguirlo cuesta algo más. Llegar en buenas condiciones a ese punto es ponernos muy cerca del éxito y, por eso mismo, hacen falta muchas y productivas horas de trabajo. Y supongo que, además, las tareas a las que dediquemos tanto tiempo, contarán con especificaciones que tendremos que asumir junto con  las siempre presentes restricciones de tiempo y de dinero. A pesar de ello, si queremos desarrollar un trabajo de calidad que, sobre todas las cosas, resuelva necesidades, no podremos pasar por alto lo siguiente:

  • Multidisciplinariedad: Un proyecto eLearning es un proceso complejo que se compone de varios subprocesos de índole variada. Habrá que saber algo de informática, algo de pedagogía, por supuesto bastante de lo que se enseña ,y esa habilidad especial para hacer muy bien una tarea sin perder de vista otras  cinco o seis. El equipo o persona que se encargue de esta coordinación debe tener el perfil más completo posible.
  • La suma de las partes: En los foros del módulo se ha hablado bastante sobre cuál ha de ser la parte más importante del proyecto:  definición de objetivos, diseño de  estrategias, selección de recursos…mi opinión, bastante obvia, por cierto, es que  todas las partes son igual de importantes mientras el contexto no nos exija lo contrario. Cada una de ellas debe requerir la máxima atención posible y contribuir a la resolución de las necesidades formativas.
  • Evaluación: Todo esto va de planificación y lo óptimo sería  fuéramos capaces de planificar correctamente, sin fallos humanos y por encima de los imponderables. Como esto suena a utópico y puede que toda la práctica del mundo nunca alcance, será conveniente definir las las etapas y los instrumentos con los que poder ajustar nuestro proyecto a la realidad (cortar de donde sobra y ponérselo a donde falta) y enmendar los errores si los hay.

Supongo que se notará mucho que estoy escribiendo esto desde mi salón y que sólo conozco de oídas la realidad laboral de la teleformación …qué se le va hacer, llevo en ésto sólo unos meses y estos meses han sido de máster. Un máster en el que tengo la suerte de aprender de excelentes profesionales, pero donde el aspecto académico predomina al fin y al cabo. Si al final consigo hacer carrera laboral en el eLearning, prometo revivir el post dentro de un año y cambiar todo lo que no haya encajado con la práctica.

Mientras tanto, podéis leer a mis compañeros del máster escribiendo sobre proyectos de eLearning en los ámbitos de las Fuerzas Armadas (Ángel y Miguel Ángel), la Administración Pública, los Recursos Humanos (Mónica y Carlos), la Universidad, la empresa y la Formación Profesional.

Los Patrones pedagógicos en E-learning

Lo que más me gusta de estar cursando el máster en E-learning es la cantidad de novedades que llegan con cada módulo que iniciamos. Siempre aparece alguna aplicación, algún programa o algún concepto que no sabíamos que existía y que en algún caso incluso no  imaginábamos que pudiera existir.

Esta semana le ha llegado el turno a los lenguajes de patrón. Los patrones son una idea que viene de la arquitectura, concrétamente del arquitecto austriaco Christopher Alexander, quien los definió como:

“Un patrón describe un problema que ocurre una y otra vez en nuestro entorno, y a continuación describe el núcleo de la solución a dicho problema, de tal modo que pueda utilizarse un millón de veces sin ejecutarse en dos ocasiones del mismo modo”

Tengo que reconocer que las primeras veces que leí esta definición no me transmitía confianza ninguna. Eso de plantear una solución, o al menos intentar buscarla, que sirviera para resolver los millones de situaciones que tiene que afrontar un docente en su día a día me estaba pareciendo algo totalmente propio de Mátrix. Uno de esos puntos donde el e-learning es más tecnología que educación y donde se corre el peligro de perder de vista lo que de verdad importa.

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Tú escoges. Enseñar Economía en Bachillerato, enseñar Economía a adultos.
Foto de mregual.tumblr.com

Afortunadamente, la segunda definición que se nos ofreció (Mor y Winters, 2007) ya hacía referencia explícita a la pedagogía y, tal vez en previsión de  casos como el mío, tenía subrayada las partes más importantes:

“Un patrón pedagógico es una descripción semi-estructurada de un método de un experto para la resolución de un problema recurrente, que incluye una descripción del problema y del contexto en el que el método es aplicable […]. Los patrones de diseño poseen el cometido explícito de externalizar conocimiento, para favorecer su acumulación y la generalización de soluciones”

Mentiría si dijera que de repente cobró todo sentido.  Aún tuve que profundizar en el material del curso, examinar un patrón “de verdad” y plantear unas cuantas dudas en los foros para ir enterándome de algo pero al menos ya tenía los puntos importantes:

Se trata de descripciones semi-estructuradas. O sea, que nada de soluciones estándar que sirvan lo mismo para un roto que para un descosido.  Se trata de contar cómo se ha salido de un problema con la intención de que pueda servir a otros que algún día se encuentren en una situación parecida a la tuya, porque se entiende que cada momento es único e irrepetible y las circunstancias no se van a repetir con idéntica precisión.

Se trata de describir un método para resolver problemas recurrentes. Qué hiciste, cómo lo hiciste y por qué lo hiciste así pudiéndolo hacer de otra manera. Se supone que antes de enfrentarnos a la acción formativa en sí, un docente ha realizado un trabajo previo para tratar de anticipar qué se va a encontrar una vez esté frente a los alumnos.  Para mí se trata de un proceso reflexivo imprescindible para cualquier profesional ya que garantiza que vas a improvisar lo menos posible y te prepara para, si se da el caso de tener que improvisar, hacerlo de la mejor forma posible. Después conviene pensar si todo salió según pensábamos o podría haber sido mejor. O, dicho con otras palabras, es el turno del patrón.

Y por último el contexto. Nada de lo anterior tiene sentido si actúas sin tener en cuenta dónde estás y a quién tienes en frente. Que un patrón pueda utilizarse un millón de veces sin que se ejecute del mismo modo ni siquiera en dos ocasiones sólo es posible si no dejas de tener en cuenta todas las características que distinguen un problema de otro por mínimas que parezcan.

Yo hubiera subrayado también “externalizar” porque me parece que es donde los patrones guardan toda su potencia. El trabajo de anticipación de circunstancias o reflexión sobre el proceso educativo es una de las buenas prácticas que no deben faltar en la docencia. Hay quien lo llama Programación Didáctica y hay quien no lo llama de ninguna manera pero igualmente lo realiza. Lo que hace especial a los patrones pedagógicos es su vocación de gestionar y compartir el conocimiento. Sistematizar tu experiencia en forma de patrón es sacarla de tu mente o de un cuaderno emborronado y ponerla decente para que cualquiera sea capaz de entenderla y servirse de ella. No va a ser un trabajo fácil porque tendrás que aprender y adaptarte a la gramática propia de lenguaje para describir el problema y su solución. Pero de forma recíproca tú vas a poder beneficiarte de lo mismo, que no es otra cosa que aprender de los mejores.

Diseño de contenidos en E-Learning: Udutu

Desde unos meses antes de empezar este máster sigo en Twitter a unos cuantos profesionales del e-learning y algo que me llama la atención es la solemnidad con la que anuncian que están diseñando, generando o creando contenidos. El misticismo es tal que no cuesta nada imaginarse que Apple les ha encargado que desarrollen el dispositivo definitivo que solucione todos sus problemas y claro, si en el máster hay un módulo que se llama justo así, yo lo estaba esperando con muchas ganas.

Siguiendo el plan de actividades teníamos que escoger una de las siete herramientas Open Source propuestas y crear un contenido educativo para el curso de pruebas que cada alumno desarrollamos. Tras pensarlo un poco escogí Udutu y me puse a investigar qué podría aportar esta herramienta a mi curso. No encontré mucha información aparte de esta entrada y la correspondiente entrada en la Wikipedia (en inglés) así que no tardé en pasar al método ensayo-error.

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Pantalla inicial de tu curso en Udutu

Las primeras posibilidades que ofrece Udutu tienen que ver con la estructura de tu curso. A parte de la estructura lineal y la estructura basada en temas que, desde mi punto de vista, sólo serían adecuadas para la mera presentación de contenidos, hay otras tres que permiten lograr una experiencia de aprendizaje mucho más completa.

  • Reflective learning o aprendizaje reflexivo: Consiste en combinar alternativamente pantallas de contenidos con pantallas de actividades donde comprobar cómo se están asimilando los conceptos o procedimientos presentados.
  • Remedial learning o aprendizaje “correctivo”:  Esta estructura añadiría una etapa más en la que, si el resultado de la actividad no es satisfactorio, ofrecer un feed-back que complemente el presentado en la primera etapa.
  • Scenario-based learning o aprendizaje basado en escenarios: Para mí es el recurso más potente y en la que se le puede sacar más partido a Udutu. Permite presentar situaciones en las que el alumno tiene que tomar una decisión y, en función de como sea su reacción, continuar con el contenido más adecuado a su forma de aprender. Esto supone adaptar los contenidos prácticamente a cada estilo de aprendizaje y personalizar el estudio de cada alumno según sus características.

Una vez escogida la estructura, se empieza a diseñar cada una de las páginas del curso. El editor se parece al editor de de Blogger o WordPress por lo que resulta bastante completo, permitiendo añadir contenido multimedia y dar formato al texto de manera sencilla e intuitiva. También se puede escoger entre una serie de plantillas predeterminadas por lo que el resultado final es visualmente es bastante aceptable.

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Diferentes estructuras de página que Udutu permite escoger

 

Personalmente opté por realizar un escenario para repasar los problemas de cálculo del Umbral de Rentabilidad, unos ejercicios de tipo práctico que son muy comunes en el examen de Economía de las Pruebas de Acceso a la Universidad de algunas autonomías. Se trata de unos problemas en los que sólo intervienen tres o cuatro conceptos no muy complejos pero cuya dificultad radica en como se presenta la información y se “camuflan” los datos esenciales. Así, clasifiqué una serie de nueve problemas según su nivel de sencillez de tal forma que los alumnos empezaran por el intermedio y, según sus resultados, pasaran al siguiente o retrocedieran al inicial para seguir avanzando o repasar lo que aún no se tiene claro.

El resultado no es nada del otro mundo, sólo una forma de repasar ejercicios prácticos algo más amena que la interminable relación de problemas. Tampoco se trata del recurso más avanzado tecnológicamente ya que la tecnología más avanzada que utilizo es el hipervínculo y bien hubiera podido hacer lo mismo tirando de Powerpoint. Sin embargo, algo muy bueno de Udutu que he podido descubrir es la claridad y el orden con la que se puede gestionar la estructura de tu curso, algo que resulta de gran ayuda cuando éste comienza a crecer y parece que los contenidos se te van a ir de las manos de un momento a otro.

Para concluir puedo decir que en  el poco tiempo que he podido manejar esta herramienta he descubierto un conjunto de soluciones que, sin ser las mejores ni las únicas, pueden resolver bastante bien muchas de las necesidades que surgen durante la elaboración de un curso on-line. No es muy utilizado en España debido a que los tutoriales están todos en inglés y la traducción de la interfaz deja mucho que desear, pero bueno, como siempre que se trata de Open Source creo que es una cuestión de tiempo.

Para los que tengan curiosidad, se puede ver aquí el resultado de mi trabajo.

 

Empezar a usar Moodle

Moodle es posiblemente la aplicación web más conocida para gestionar cursos. Técnicamente se trata de un LMS (Learning Management System) si bien una definición más profana que se le ajusta bastante bien es la de “aula virtual”. Se trata de un recurso muy versátil y prueba de ello es que se utiliza para desarrollar cursos 100% presenciales, 100% online y cursos que se sitúen en cualquier punto intermedio de esa gama.

Español: Logo de Moodle

Español: Logo de Moodle (Photo credit: Wikipedia)

Yo lo había usado como alumno en los dos o tres últimos años de licenciatura y, como se trataba de cursos totalmente presenciales, se utilizaba sobre todo para la distribución de materiales. Más bien feo estéticamente y no muy cómodo de usar, la verdad es que no se le intuían muchas más posibilidades.

Puede que en aquellos momentos no estuviera tan desarrollado como ahora o puede que los docentes no le sacaran todo su potencial. Lo que está claro es que  a día de hoy, después de los simulacros realizados durante el primer módulo del máster, Moodle se parece muy poco a lo que nos habían contado que era.

Personalmente he encontrado un conjunto de herramientas listo para responder las inquietudes de cualquier docente preocupado por incorporar a su trabajo diario las ventajas de las Tecnologías de la Información y la Comunicación. Quizá sea poco intuitivo -recuerda siempre que en Moodle nunca será lo mismo un Questionnaire que un Cuestionario- , pero creo que no es difícil encontrar la forma de responder con esta plataforma las necesidades de cualquier curso.

La agregación de contenidos de muchos tipos y formatos es lo más fácil y cómodo de hacer, pero Moodle tiene muchas más funciones -llamadas módulos- que no deberían quedar desaprovechadas. Valgan como ejemplo las tareas que se entregan especificando cuanto tiempo llevan fuera de plazo, las encuestas para pulsar la opinión de la clase sobre un tema concreto, los foros en los que se puede calificar cada intervención o las wikis para dinamizar trabajos en grupo.

La función  de chat es a la que  he encontrado más limitaciones durante esta semana. No soporta más de diez usuarios en línea y en sí resulta demasiado rudimentaria. Cada intervención tarda algunos segundos en llegar a la conversación general y, a parte de hablar, sólo se pueden enviar beeps o notificaciones que pueden servir para avisar a otro usuario o para pedir la palabra. Hay un temporizador que registra el tiempo que llevas sin intervenir y que me da que puede servir para evaluar y calificar las actividades realizadas con esta herramienta.

Dejo para el final la que para mí es  la ventaja clave de Moodle: el código abierto. Que esta plataforma se haya generado con código abierto supone que mientras tú lees esto es bastante posible que haya alguien preocupado en  crear nuevos módulos o mejorar los ya existentes. O con otras palabras: que cualquiera de los inconvenientes técnicos que te puedan surgir durante su uso no va a durar para siempre.